En un luminoso d铆a de octubre, estudiantes de secundaria del se subieron a un barco en el r铆o Anacostia, en Washington, DC. La mayor铆a no hab铆a navegado nunca.
Su gu铆a, , de Anacostia Riverkeeper, comenz贸 el viaje con una charla de seguridad bien ensayada. La organizaci贸n sin fines de lucro aboga por la protecci贸n del r铆o.
Un ni帽o de pelo negro despeinado meti贸, despreocupadamente, los dedos en el agua.
鈥溌o la toques!鈥, grit贸 Sherard.
驴Por qu茅 Sherard hab铆a sido tan severo? 驴Era un agua peligrosamente fr铆a? 驴Hab铆a peces que mord铆an?
Era por las aguas residuales.
鈥淎hora hay menos aguas residuales que antes. 驴Cu谩l es la otra palabra para las aguas residuales?鈥, pregunt贸 Sherard a los adolescentes.
鈥溌aca!鈥, dijo uno de los estudiantes.
鈥淗eces humanas鈥, agreg贸 Sherard. 鈥淔铆jense que no he dicho que no haya nada. He dicho que hay 驴cu谩nto? Menos鈥.
Estas visitas est谩n dise帽adas para que los j贸venes se interesen por la ecolog铆a del r铆o, pero es una actividad muy delicada: interactuar con el agua puede enfermar a las personas.
Debido a los riesgos para la salud, no se puede nadar en el Anacostia desde . El agua contaminada puede causar enfermedades gastrointestinales y respiratorias, as铆 como infecciones oculares, nasales y cut谩neas.

El r铆o est谩 m谩s limpio que nunca, seg煤n los expertos medioambientales, pero a煤n as铆 recomiendan no darse un chapuz贸n, al menos por el momento.
Unas en Estados Unidos viven en una comunidad con un sistema de alcantarillado combinado, donde las aguas residuales y las pluviales fluyen por las mismas tuber铆as.
Despu茅s de fuertes lluvias, cuando se supera la capacidad de las tuber铆as, el desbordamiento env铆a aguas residuales sin tratar a los r铆os, en lugar de a una depuradora.
Las normas federales, incluidas , exigen a municipios que reduzcan al menos el 85 % de esta contaminaci贸n o se enfrenten a fuertes multas.
Para cumplir con la normativa, Washington puso en marcha un proyecto de infraestructuras de $2.600 millones en 2011. El de DC Water construir谩 finalmente cuencas de almacenamiento subterr谩neas de varias millas de longitud para capturar las aguas pluviales y residuales y bombearlas a las depuradoras una vez que hayan cesado las fuertes lluvias.
El es la primera de estas cuencas de almacenamiento que se completar谩. Puede recoger 190 millones de galones de aguas residuales cargadas de bacterias para su posterior tratamiento, dijo , vicepresidente del Proyecto R铆os Limpios.
El cambio clim谩tico est谩 provocando tormentas m谩s intensas en Washington, por lo que incluso despu茅s que la construcci贸n se complete en 2030, afirm贸 Wone, las aguas pluviales no tratadas seguir谩n descarg谩ndose en el r铆o, aunque con mucha menos frecuencia.
鈥淓n el Anacostia, vamos a reducir la frecuencia de los desbordamientos de 82 a dos en un a帽o promedio鈥, se帽al贸 Wone.
Pero aunque la cuenca de alcantarillado del Anacostia cubre 176 millas cuadradas, indic贸 que solo el 17% est谩 en Washington.


鈥淓l otro 83% est谩 fuera del Distrito鈥, explic贸 Wone. 鈥淣osotros podemos poner de nuestra parte, pero todos los dem谩s tambi茅n tienen que poner de la suya鈥.
R铆o arriba, en los condados de Montgomery y Prince George de Maryland, se est谩n millas de alcantarillado para desviar las aguas residuales sin tratar a una planta depuradora en lugar de al r铆o.
Los datos muestran que los excrementos son un problema para la salud de los r铆os, pero saber de qu茅 tipo de heces se trata es importante. Los cient铆ficos monitorean la bacteria E.coli para indicar la presencia de heces en el agua de los r铆os, pero como la bacteria vive en los intestinos de la mayor铆a de los animales de sangre caliente, la fuente es dif铆cil de determinar.
鈥溌縎on heces humanas? 驴O de ciervos? 驴De gaviotas? 驴De perros?鈥, se pregunt贸 , profesora de salud ambiental y ocupacional de la Universidad de Maryland.
Los niveles bacterianos pueden fluctuar a lo largo del r铆o incluso sin tormentas. Un descubri贸 que en 2023 s贸lo tres de los nueve sitios de los que se tomaron muestras, a lo largo de la cuenca del r铆o en la parte de Washington, ten铆an niveles consistentemente bajos de E.coli durante la temporada de verano.
Sapkota dirige un nuevo programa de control bacteriano que mide la cantidad de E. coli que diferentes especies animales depositan a lo largo del r铆o.
El equipo utiliza el rastreo de fuentes microbianas para analizar muestras de agua del r铆o tomadas en diferentes lugares cada mes por voluntarios.
El enfoque molecular permite a los cient铆ficos identificar secuencias gen茅ticas espec铆ficas asociadas con bacterias fecales y determinar si las bacterias provienen de humanos o de animales salvajes. El rastreo de fuentes microbianas tambi茅n mide los niveles de contaminaci贸n fecal por fuente.
鈥淧odemos cuantificar los niveles de diferentes bacterias que pueden provenir de una fuente fecal humana o animal鈥, apunt贸 Sapkota.
Su equipo espera tener resultados preliminares este a帽o.
El riesgo para la salud de los seres humanos por el agua de los r铆os nunca ser谩 nulo, pero Sapkota dijo que, seg煤n la investigaci贸n de su equipo, la planificaci贸n inteligente de las ciudades y la reestructuraci贸n de las infraestructuras podr铆an reducir el nivel de bacterias nocivas en el agua.
鈥淓stamos descubriendo que hay muchos rastros fecales de ciervos en nuestros resultados鈥, explic贸 Sapkota. 鈥淨uiz谩s esto apunte al hecho de que necesitamos m谩s zonas verdes a lo largo del r铆o que puedan ayudar a evitar que los contaminantes fecales de la fauna entren en el r铆o durante los episodios de aguas pluviales鈥.
Washington espera recuperar parte del costo de la construcci贸n de espacios verdes y otras medidas de limpieza del r铆o.
En enero, la oficina del fiscal general de Washington, DC, Brian Schwalb, en la que solicitaba una indemnizaci贸n no especificada por da帽os y perjuicios al gobierno federal, por d茅cadas de supuesta contaminaci贸n del r铆o Anacostia.
Brenda Lee Richardson, coordinadora de , dijo que los esfuerzos para reducir la basura y las aguas residuales est谩n dando sus frutos. Seg煤n ella, el r铆o se recupera y se puede ver m谩s vida vegetal y animal en su entorno.
鈥淓l ecosistema parece mucho m谩s verde鈥, dijo Richardson. 鈥淎hora hay cosas en el r铆o que antes no estaban鈥.
Pero cualquier cambio en la zona ribere帽a debe hacerse teniendo en cuenta a los residentes de ambos lados del r铆o, apunt贸.
鈥淨ueremos que haya un sentido de equidad en cuanto a qui茅n tiene acceso鈥, a帽adi贸. 鈥淐uando miro qui茅n est谩 disfrutando del r铆o, veo que no son personas que se parecen a m铆鈥.
Richardson ha vivido durante 40 a帽os en el Distrito 8, una zona predominantemente afroamericana en la orilla este del r铆o cuyos residentes son generalmente menos acomodados que los de la orilla oeste. Ella y sus vecinos no consideran el Anacostia un lugar para salir y disfrutarlo, dijo.
A medida que la calidad del agua mejora lentamente, Richardson espera que la reputaci贸n del Anacostia tambi茅n se rehabilite. Incluso si no es seguro para nadar, a Richardson le gusta hacer excursiones en barco como la que hizo con Anacostia Riverkeeper.
鈥淰er todas esas criaturas en la ribera y la vegetaci贸n fue reconfortante鈥, explic贸. 鈥淎s铆 que en lugar de tomar una pastilla para calmar mis nervios, puedo simplemente bajar al r铆o鈥.